Solía pensar que yo era aquélla princesa que se había escapado del palacio de papá, distraído que estaba por la visión del mundo maravilloso, y había ido en busca de aventuras.
Corría, tan rápido como podían mis sueños hacia aquéllos páramos escondidos de la mano del mundo cruel,
donde mi dulce vestido de volantes se enganchaba entre ramas frágiles de arbustos que se rompían cuando mis piernas seguían su atrevido camino.
El tiempo pasa, mortal inmortal, y desgarraba los colores de mi vestido, convirtiéndolos en polvo. Aún sé cómo olían mis sueños, cómo olía mi fresca inocencia, cómo sabía la felicidad de las princesas atrapadas en lo mundano del aburrimiento.
Mis vestidos ya no son de aquélla fuerza, son volátiles, suaves y sutiles, jugando con el viento quedan cuando me muevo grácil.
Mas no olvido esa sensación que me dio la vida. Sigo esperando escapar del castillo, en un despiste de los dragones que atracan con su fuego a mis valentías inéditas.
Mi cabello ya no se recoge en elaborados peinados, ya no es largo, ya no es de colores claros, ya no es mi vestimenta adecuada para el baile del atardecer.
Por que es más fácil volar si eres ligera como el aire, desenjoyada, vaporosa, como la tela suave de los vestidos que cubren mis piernas, porque es más fácil alcanzar el cielo sin miedo a que tu sangre azul de hielo se congele al acariciar el sol, porque es más fácil soñar, aquello que ya conoces, ser feliz y no esperarlo, ser inocente y disfrutarlo, volver a la inocencia, volver al mundo maravilloso escapista.
Cuando suba la marea, Amaral.
Estaríamos juntos todo el tiempo
Hasta quedarnos sin aliento
Y comernos el mundo, ¡Vaya ilusos!
Y volver a casa en año nuevo.
Pero todo acabó y lo de menos
Es buscar una forma de entenderlo.
Yo solía pensar que la vida es un juego
Y la pura verdad es que aún lo creo.
Y ahora sé que nunca he sido tu princesa
Que no es azul la sangre de mis venas
Y ahora sé que el día que yo me muera
Me tumbaré sobre la arena
Y que me lleve lejos cuando suba… la marea.
Por encima del mar de los deseos
Han venido a buscarme hoy los recuerdos
De los días salvajes, apurando
El futuro en la palma de nuestras manos
Y ahora sé que nunca he sido tu princesa
Que no es azul la sangre de mis venas
Y ahora sé que el día que yo me muera
Me tumbaré sobre la arena
Y que me lleve lejos cuando suba... la marea.
Y ahora sé que el día que yo me muera
Me tumbaré sobre la arena
Y que me lleve lejos cuando suba...
Y que me lleve lejos cuando suba... la marea
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