lunes, 5 de noviembre de 2012

21.


Pudiese contemplar su brillo (el escondido tras aquél color verdoso que me hace sonreír) aun cuando Nix abriera sus ojos y su oscuro manto acurrucase al mundo.
Olería su perfume aunque estuviese lejos y la fragancia del olvido quisiese nublar mi olfato. Pero no, yo la olería, acariciando mi cuerpo y fundiéndose con mi pelo, suave, quedando enganchado en mí como el sonido de su risa.
Sí, su risa, pequeña y mortal enredadera que se teje a mi alrededor, y rompe el aire, y le susurra, y se acerca a mí, y me besa.
Y le vería, en cualquier momento, en cualquier parte, en mi mente, sonriéndome de una forma no guardada en los recuerdos, sino dulce fruto de mi imaginación y futuro.
Mi vida, Él, aquél GIGANTÓN de sueños, ilusiones, y perfección.
Tú.
JMGH=X (L)

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